martes, 18 de febrero de 2014

Agricultura sostenible para un mundo mejor. 1).- La conservación del suelo.

Vamos a intentar aportar una serie de reseñas o comentarios breves sobre aspectos de la actual gestión del sistema agro-industrial-alimentario, citando bibliografía con el fin de que cualquier persona pueda leer el artículo o libro entero en el que me baso si está interesado.
Tengo un artículo-¿ensayo? extensísimo que se va a ser demasiado farragoso de leer, de modo que voy a publicar reseñas más breves, dando la información en pildoricas, para que el lector no se agobie y siga leyendo y así contribuir mejor a la creación de un debate-estado de opinión o como quiera llamarse.

Primero: DECLARACIÓN DE INTENCIONES:
Lo único que se necesita para que el mal triunfe
es que
los hombres buenos no hagan nada.

Edmund Burke



Hay FALACIAS, que a base de repetirse, y sin demostrarse positivamente en ningún momento, acaban por ser aceptadas como verdades inmutables, ciertas, seguras, casi sagradas.


En agricultura y ganadería mucho hay de esto. Y es algo peligroso, muy peligroso para todos nosotros. La ignorancia es un riesgo mucho mayor de lo que aparenta.


Debemos acabar con ciertos mitos, muy perjudiciales para nosotros como especie. Para ello debemos emplear tiempo y dinero en investigaciones serias sobre lo que hacemos y sobre lo que deberíamos hacer para satisfacer nuestras necesidades alimentarias presentes y futuras manteniendo intacto (y mejorando) el legado que recibimos.


Investigación y desarrollo son piedras claves en nuestra seguridad alimentaria futura. Y debe ser financiada con dinero público, para evitar las penosas e interesadas injerencias de las multinacionales. Si se destinara una pequeña parte del presupuesto que se destina a temas armamentísticos en la investigación alimentaria, otro gallo nos cantaría.


En esta serie de entradas incluyo extractos, adaptaciones de artículos científicos, y opiniones sobre el amplio tema de la agricultura, ganadería, sus relaciones con el medio ambiente y la conservación del mismo, así como la producción industrial.


Quiero intentar SER ECLÉPTICO EN LO POSIBLE Y EVITAR EL DOGMATISMO A ULTRANZA QUE NO LLEVA A NINGÚN SITIO. Aprovechar lo bueno de cada sistema en la medida en que sea compatible y posible, por tanto. Ver que es lo bueno de la agricultura convencional (¿mejor llamarla agricultura de mercado?) fruto de la revolución verde y lo bueno de la ecológica e intentar aprovechar ambos.


Quizás el camino (de momento, y hasta que no encontremos algo mejor) sea el de la agricultura o producción integrada, que es un sistema de producción que utiliza aspectos de la agricultura industrial convencional y de la ecológica. Es una tipología productiva intermedia que permite productos agroquímicos de síntesis (fertilizantes, pesticidas) pero haciendo un uso mínimo de ellos (sólo permitidos si no hay alternativas viables), restringido además en las normas técnicas específicas de producción para cada cultivo.


Busca compatibilizar la suficiente producción alimentaria con la protección y mejora de los recursos naturales, conservar el suelo, el paisaje y el medio ambiente, así como mantener la diversidad genética.

1).- LA CONSERVACIÓN DEL SUELO
(Esquema: DIVERSOS ESTUDIOS CIENTÍFICOS VINCULAN LA AGRICULTURA A LA DESTRUCCIÓN DEL SUELO, Y ÉSTA A LA DECADENCIA DE DIVERSAS CIVILIZACIONES AGRARIAS EN EL PASADO)



¿Por qué es preciso conservar el suelo? Veamos unas muy fuertes razones.


Un inconveniente del laboreo tradicional es erosionar el mantillo. Facilita la acción del viento y de las pendientes.


Estudios del geólogo Arjun Heimsath, de la Universidad estatal de Arizona, las velocidades de generación de suelo va den 125 a 330 años por centímetro, en las zonas templadas de la costa californiana y el sureste australiano.




Las laderas vírgenes en zonas tropicales y templadas tienen un suelo de 30 a 90 centímetros de espesor. Su generación oscila de 0,25 a 2,5 centímetros por siglo; el ritmo erosivo es de varios centímetros por siglo. Las estimaciones muestran que la eliminación por laboreo de la capa edáfica oscila entre unos centenares y un par de milenios. Coincide esta estimación con la duración de las principales civilizaciones agrarias (exceptuando los valles fluviales fértiles, que reciben aportes anuales); estas duran de 800 a 2000 años de promedio.


Es muy clara la necesidad de conservar los recursos para los futuros pobladores de la tierra, y para ello debemos buscar alternativas.


Estudios realizados en 1993 por investigadores de la Universidad de Kentucky mostraron que el cultivo sin labranza reducía la erosión en más de un 98%; recientemente, investigadores de la Universidad de Tennesee informaron que el cultivo sin labranza en el tabaco reducía la erosión en un 90%.

Investigadores de la Universidad de Cornell hallaron que los daños por la erosión del suelo costaría a EEUU 44.000 millones de dólares anuales y se precisaría 6000 millones anuales para mantener el equilibro. Encontraron que por cada dólar invertido en la conservación del suelo se ahorrarían 5 dólares futuros. La mejor estrategia es conservar, mantener el suelo, en vez de restituirlo a posteriori.



Bibliografía:

  • Agricultura sin labranza por David R. Huggins y John P.Reganold.
  • La buena tierra, por David R. Montgomery.


¿Posibles soluciones-respuestas al problema de la pérdida del suelo?:
a).- Agricultura sin labranza: luces y sombras.

(Esquema:
  • EL LABOREO TRADICIONAL FACILITA LA EROSIÓN DEL SUELO -PÉRDIDA DEL MANTILLO- POR EL VIENTO Y EL ARRASTRE DEL AGUA.
  • EL CULTIVO SIN LABRANZA MINIMIZA ESTOS EFECTOS. PERO EL ALTO PRECIO DE LA MAQUINARIA, EL DIFÍCIL APRENDIZAJE INICIAL Y EL MAYOR USO DE PLAGUICIDAS DIFICULTAN SU ADOPCIÓN GENERALIZADA)

Del palo para agujerear el suelo, pasamos al arado de cincel, después a la tracción animal del mismo (6000 a.C). La reja del arado llegó en el 3500 a.C. En el XI d.C. la vertedera tras la reja. Las innovaciones se disparan en el XIX. John Deere inventó un arado de vertedera de acero que ´"podía" con los terrenos más fuertes y pesados. En el XX, con la revolución verde la progresión es geométrica siendo la labranza cada vez más profunda.

Pero la sequía en EEUU durante la década de los 30 evidenciara los fallos del sistema: el viento arrastró el mantillo dejando propiedades arruinadas. Dará lugar al movimiento de conservación de suelos. Edward Faulkner cuestionará la necesidad del arado profundo, y con el desarrollo de los herbicidas, y sembradoras especiales será posible el cultivo sin labranza.

En un cultivo tradicional, primero se labra con arado de vertedera, enterrando la mayoría de los residuos. Después se pasan los discos para alisar, se siembra con cultivadora, se labra con rastra para allanar, se siembra, se aplica herbicida, se labra cultivando entre líneas y por último se cosecha. Nueve pasos nada más y nada menos, volteando e invirtiendo además las capas del suelo, de modo que el matillo se mineraliza.

En un cultivo de conservación se labra con cincel enterrando la mitad de los residuos, se labra con cultivadora, se siembra, se aplica herbicida, se pasa una cultivadora de líneas y se cosecha. Seis pasos. Los cinceles sólo fracturan el mantillo.

En un cultivo sin labranza se aplica herbicida, se siembra con una sembradora especial, se aplica herbicida de nuevo y se cosecha. Cuatro pasos. La sembradora especial sólo abre surcos de 1-8 centímetros de ancho donde caen las semillas perturbando el suelo mínimamente.

Veamos ahora las luces y sombras de este sistema:

Ventajas:

Contribuye conservar y mejorar el suelo, ahorra combustible al disminuir el número de pasadas (ahorro económico entre un 50-80% de combustible y entre un 30-50% de mano de obra), secuestra dióxido de carbono al estar el suelo cubierto un porcentaje mucho más alto y durante más tiempo y retiene agua al dejarse en el los restos de cosecha que facilitan la infiltración del agua y frena la escorrentía (más agua: más cosecha, menos contaminación al arrastrar menos abonos y plaguicidas)

pero notemos sus desventajas (sombras del sistema):


...requiere una maquinaria muy cara, la fase de transición a la misma es difícil (entre otras cosas requiere al principio -primeros cinco años- una mayor cantidad de abonos nitrogenados), el uso de herbicidas es mayor -menor seguridad alimentaria en ciertos aspectos-, el suelo tarda más en calentar y por tanto la germinación es más lenta.
Actualmente destacan en la utilización del mismo: EEUU, Brasil, Argentina y Australia. Por contra, en Europa no se promueve demasiado, dejando pocos incentivos para los agricultores, además de las restricciones al uso de plaguicidas. En África y Asia es difícil adoptar estas técnicas pues faltan capitales para asumir el gasto en maquinaria, y otros insumos de la revolución verde. Además suelen aprovechar los residuos de las cosechas para animales y como combustibles.

Bibliografía:


  • Agricultura sin labranza por David R. Huggins y John P.Reganold.




  • La buena tierra, por David R. Montgomery.




  • b).- Cultivo en línea clave (o agricultura REGENERATIVA).



    En los años 50 en Australia, Yeomans desarrolló un sistema encaminado a evitar la erosión, controlar la desertificación por medio del uso racional de los recursos: agua, relieve, clima, árboles, ganado, con un enfoque integrador. Implica un rediseño del paisaje agrícola y consigue regenerar la tierra. Es muy original y se denomina Línea Clave o Diseño Keyline.



    Este método crea suelo, aprovecha el agua, estabiliza el clima, aumenta la rentabilidad de la agricultura sostenible, enriquece el paisaje y secuestra CO2.



    Estudia el paisaje ("lee el paisaje") buscando las líneas naturales del agua, el relieve y como redistribuirla (construyendo líneas artificiales de agua: pequeños embalses, canales de desviación y riego) de modo que apenas se pierda almacenándola en la misma tierra y en pequeños embalses. El suelo mejora manteniéndolo fértil y biológicamente activo aumentando por tanto su contribución en el secuestro del CO2 (más plantas y más raíces).



    Para ello es vital identificar el punto clave (Keypoint) entre la forma convexa de la parte alta del valle y la parte cóncava de la parte inferior.



    No sólo se aplica a suelos con pendiente. Se basa en lograr aprovechar toda precipitación caída retardando lo máximo posible su evaporación. Esto es lo fundamental del sistema. Para ello, determinada la línea que pasa por el punto clave de cada sector, se hace la última labor en paralelo a ésa. Al sembrar se sigue la línea clave quedando el terreno como se ve abajo. Los pequeños rincones no trabajados se cultivarán igualmente.

    grafico2
    Fuente: Yeomans, PA.. 2008



    El agua de la lluvia se desliza desde las vaguadas a las crestas en vez de caer directamente: se aumenta el tiempo de infiltración en el terreno. No se sigue exactamente entonces el contorno: la idea básica es que como resultado del replanteamiento del terreno, la labor tiene una pequeña inclinación de las vaguadas a las crestas.



    En la última labor se emplea el arado yeomans, que favorece la absorción, aumentado la fertilidad.



    Línea clave. Fertilidad por absorción de agua


    El primer requisito es realizar un laboreo superficial, mezclando al máximo la vegetación en los primeros centímetros de tierra. Algo del subsuelo debe abrirse para absorber rápidamente la humedad. El oxígeno y otros elementos vitales absorbidos contribuirán a transformar el subsuelo en un suelo vivo.



    pasadasyeomansplow

    Con este arado yeomans, se cultiva a mayor profundidad del terreno sin invertirlo y dejando un fondo irregular: el suelo no se divide en una capa superficial cultivada y otra profunda compacta e inútil. Queda además una superficie rugosa, facilitando la entrada de las precipitaciones reduciendo las pérdidas por evaporación. Los materiales más finos se depositan debajo.



    AÑOS EMPLEADOS EN EL PROCESO DE CONVERSIÓN.



    En el proceso que Yeomans llama "de conversión" se pasa de una agricultura "por extracción o minera" a otra "de fertilidad por absorción de agua"



    Dentro de los inconvenientes de este sistema, está el hecho de que no puede ser aplicado a todo tipo de terrenos, los muy pesados dan problemas, pues se acaban impermeabilizando.



    El primer año se cultivan unos 20-18 cm con un arado cincel tipo chisel ("Graham plow"), uno de reja quitando las vertederas y con menos cuchillas. Pero es más adecuado el diseñado especialmente por yeomans. El típico cultivador no sirve porque no pasa de los 10 cm.



    Los surcos se separan a 30 cm y las púas con de 5cm de ancho. La velocidad de trabajo es reducida (5-8 km hora).



    Primera etapa, se trabaja a una profundidad de 7-11 cm siguiendo el contorno marcado, en la segunda pasada se hace a más profundidad (llegando a esos 18-20 cm) y a la misma velocidad. Si no se consigue, pues una tercera labor.



    Si llueve mucho se pasa otra vez siguiendo la línea clave. Si ya está sembrado, se hace igual pero separando los cinceles a 60cm (se destruye algunas plantas, pero se airea).

    La humedad descompone durante más tiempo el rastrojo.



    Segundo año. Se trabaja 2-5 cm más profundo. Con una sola labor y poniendo cuchillas "pie de pato", pero muy pequeñas a 7 cm de profundidad para mezclar vegetación y así se descomponga y controlar las malezas. Se mantiene el suelo al estar el fondo surcado de forma irregular.


    Problemas iniciales: competencia por la humedad, aire y nitrógeno apareciendo el cultivo amarillento en las primeras fases. En pocas semanas, con humedad, aire y calor se queda fijado el nitrógeno y el cultivo mejora.

    El control de la flora arvense se hace al cultivar después de cada cosecha antes de que produzca semilla con púas y cuchillas para maleza.

    No se incrementa la cantidad de siembra para ahogar las malezas y se adapta: en zonas más secas se distancia los cinceles a 70 cm para evitar pérdidas de humedad. Las cuchillas para malezas trabajas 7 cm debajo de la superficie..

    El límite de 40 cm de profundidad se alcanza a los 3-5 años y después se reduce a 23 cm. Se ajustan las cuchillas para malezas debajo de la superficie (12-15 cm) y se seguirá a profundizar los cinceles de 2-7 cm por año y así otra vez.




    Bibliografía:
     

    • Cosecha de agua y tierra. Diseño con permacultura y keyline. por Eugenio Gras.
    • Web Lineaclave.org.